lunes, 28 de junio de 2010

Monterrey, baby

Hace pocos días, una gran compañera de carrera me dio una gran noticia. Poneos en situación:

Universidad, siete de la tarde. Tras un examen muy raruno de más de tres horas en el que se nos pedía que comentasemos el concepto de 'puntuación' de Bateson (algo un poco imposible puesto que dicho concepto es de Watzlawick, pero bueno) nos dirigimos al aparcamiento de la facultad para bajar juntas en coche hasta la ciudad. Yo conduzco y ella es la copilota. Meto la llave, embrague, primera, tomo la rotonda, segunda salida, dirección Barcelona. Ibamos las dos berreando como de costumbre esa canción de Los Seis Días, cuando de repente me suelta el bombazo:

-En dos semanas me voy a VIVIR a Monterrey.

Pego volantazo, me pita el coche de atrás y de poco me como el camión que estaba adelantando en ese preciso momento. No, mi amiga no eligió el mejor momento para evaluar mis habilidades automovilísticas. Estamos vivas de milagro, bueno tampoco es eso, pero me encanta dramatizar ;)

-¿Cómo? ¿Monterrey? ¿Qué se te ha perdido a ti en Monterrey?  ¿Eres consciente de que hace unos días ejecutaron a cinco personas? ¡Te van a matar! (ya os he dicho que me ENCANTA dramatizar)

-¡Pero si no voy ni a llegar! ¡cómo sigas conduciendo de esta manera me matas tu antes!

-Uhmmmm, vale tienes razón.

Pocos quilómetros, una Ronda Litoral y una Gran Vía después nos metimos en un bar y me lo contó todo con calma y sin el peligro ya de empotrarnos contra una mediana. Resulta que le han dado una beca y se va en julio a estudiar allí. Me ha prometido mantenerse al margen del narcotráfico, beber mucha corona y mandarme muchas postales del Día de los Muertos. Así que yo ya me he quedado tranquila :)

Y para celebrar tal acontecimiento he cocinado esto:

Pon en una sartén una cebolla  finamente troceada y cuando empiece a estar doradita añádele carne picada (yo he usado de ternera, pero eres libre de experimentar con otras carnes) y cuando empiece a estar cocinada añade una lata de maiz dulce, una de tomate troceado y salsa tabasco al gusto. Deja que haga "chup-chup" un ratejo y apaga el fuego. Reparte la mezcla en cazuelitas de barro y pon por encima un poco de queso machego rallado. Al grill para que se deshaga y ¡a comer!

sábado, 26 de junio de 2010

Desayuno de sábado

Dame un huevo, medio sobre de levadura, una taza de harina, una taza de leche, una cucharada de azúcar y una pizquita de sal, y te prepararé un desayuno bueno-bueno.

jueves, 24 de junio de 2010

Post Verbena

Me gusta el bambú.

Me gusta que el dibujo que me voy a tatuar en julio vaya pillando forma.

Y me encanta hornear galletas de chocolate.

Mañana mis compis de curro me van a adorar. Se me ha ido la mano y he cocinado como un kilo de galletas. Mejor que mañana vengan a la ofi en ayunas, que yo ya pongo el desayuno.

lunes, 21 de junio de 2010

Battle for the sun


Mañana se me van a caer las bragas. Qué ganas de salir del curro y plantarme delante de Molko y compañía.

domingo, 20 de junio de 2010

Quitapenas de chocolate y coco

El tedio, la desazón y la apatía me invaden junio tras junio. Y es que junio no es otro mes que el de los exámenes finales y el de la inquietud laboral veraniega. Y aunque este junio no me tengo que preocupar de encontrar trabajo (¡gracias Sr. Jefe por renovarme el contrato otros tres meses!), nadie ni nada me salva de las largas horas de estudio frente la pantalla del ordenador. 

Suerte que existe la repostería. Y suerte que existen las magdalenas quitapenas de chocolate y coco.

Mezcla en un bol tres huevos, tres cuartos de taza de harina, tres cuartos de taza de azúcar, un sobre de levadura, 125 gr de mantequilla y cinco cucharadas colmadas de coco rallado. Rellena, con esta mezcla, los moldes de magdalena hasta la mitad. Ahora viene lo divertido: coge una tableta de chocolate negro (un 70% de cacao mínimo), colocala encima del mármol de la cocina, imagina que esa tableta es tu jefe o ese profesor calvo de documentación que lleva suspendiéndote su asignatura desde hace tres años y con un mortero pégale fuerte. Con las pepitas que hayas conseguido tras tan desestresante hazaña decora las magdalenas. Ahora ponlas en el horno, a potencia 180ºC unos 30 minutillos. Y luego disfrútalas, que si estas no te quitan las penas, nada lo hará.